La hipertensión arterial termina por dañar riñones, corazón y cerebro
Se estima que en México más de 30 millones de personas viven con hipertensión arterial; es decir, una de cada cuatro tiene este padecimiento, y 46 por ciento lo desconoce.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que 24.9 por ciento de los hombres y 26.1 por ciento de las mujeres la padecen, y cada año ocasiona cerca de 50 mil fallecimientos.
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La hipertensión arterial es el aumento de la presión de la sangre en las arterias debido:
- Obesidad
- Diabetes
- Consumo de tabaco
- Ingesta de alcohol
- Alimentación inadecuada
- Colesterol elevado
- Condición genética y étnica
- Uso de medicamentos de tipo esteroideo y anticonceptivos
Sin embargo, la retención de agua en el organismo, estrés, enfermedades renales y apnea del sueño, también pueden causar que la presión arterial esté fuera de rango.
En etapas iniciales, la persona carece de sintomatología; por ello es tan alto el porcentaje de quienes desconocen que la padecen.
Conforme avanza, los síntomas más comunes son:
- Dolor de cabeza
- Zumbido en el oído
- Sensación de ver luces
- Náuseas
- Vómito
- Sangrado nasal recurrente
- Palpitaciones.
En una segunda fase aguda también puede provocar:
- Cansancio
- Confusión
- Ansiedad
- Dolor torácico
- Temblores musculares
Casi la mitad de las personas con este problema de salud acude a consulta médica debido a la sintomatología aguda, y en muchos casos con daño en riñones, corazón y cerebro, con el consecuente riesgo de insuficiencia e infarto cardiaco o cerebral, arritmias, falla renal, anomalía arterial periférica, hemorragia cerebral por rompimiento de aneurismas, retinopatía hipertensiva, problemas de agudeza visual e incluso de fallecimiento.
El tratamiento médico es individualizado y se basa en fármacos inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina; antagonistas de los receptores de la angiotensina; diuréticos tiazídicos, como la hidroclorotiazida; bloqueadores de canales de calcio y beta bloqueadores.
Al mismo tiempo, las personas deben disminuir la ingesta de sal a menos de cinco gramos diarios, evitar las grasas saturadas, aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales con fibra.
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Dejar de fumar, reducir la ingesta de bebidas alcohólicas, aprender a manejar el estrés y medir periódicamente la presión arterial, son hábitos que mejoran la calidad de vida de la persona con hipertensión.
La presión arterial por arriba de 180/120 mmHg (milímetros de mercurio), requiere atención médica inmediata en el servicio de urgencias de la unidad de salud más cercana a su domicilio, ya que puede ser fatal y requiere de un tratamiento especializado urgente.
Es recomendable que las personas mayores de 40 años realicen una medición anual de la presión arterial, así como exámenes de sangre, colesterol y glucosa para detectar cualquier anomalía médica.
*ARD