La redacción académica
Redactar académicamente es uno de los mayores retos a los que se enfrentan alumnos y maestros. Sin embargo, el desafío no es solo escolar. Es importante para toda actividad humana que requiera comunicar ideas con claridad y precisión. He aquí algunos criterios básicos que debemos seguir para este fin.
Precisión. Significa utilizar exactamente las palabras adecuadas que comuniquen las ideas o conceptos que se quieren decir. Se escribe para el lector, quien nunca estará presencialmente para aclarar o preguntar alguna duda sobre lo que lee. Resulta importante que se tengan muy definidas las ideas sobre el tema que se desea abordar. No es lo mismo decir cielo que el infinito, huracán que ciclón. Cada palabra debe describir una idea inequívoca que el lector debe apreciar desde las primeras líneas del texto académico.
Orden. Hay que trazar un esquema de organización de la información. El orden le permite al lector saber qué tipo de información se va encontrar. Se debe partir de lo simple a lo complejo, en una ruta que conduzca al lector de manera ordenada y sistemática al tema, como si se tratase de un mapa que le impida perderse. El orden permite incluir la información estrictamente necesaria sobre la materia a tratar, así como las fuentes informativas necesarias para sustentar lo expuesto.
Claridad. Cuando un texto se lee y entiende rápidamente es porque se ha escrito con claridad. Las oraciones deben ser directas y bien estructuradas y los párrafos deben desarrollar las ideas siguiendo un orden lógico y completo de lo que se quiere decir. Se escribe para el lector, para cualquier lector. Esta es la principal capacidad que se debe desarrollar cuando se escribe.
Brevedad. Para explicar o describir lo que se desea se debe incluir solamente la información pertinente al tema que se trate y con el menor número de palabras. Debemos ser breves y concisos, porque mientras más largas y complejas sean las oraciones, también se incrementa la probabilidad de afectar la claridad del mensaje y de confundir al lector.
Formalidad. En las redacciones académicas es necesario utilizar el idioma y las palabras adecuadas en el nivel técnico que se requiera. Implica utilizar los términos adecuados al tema o la disciplina que se desarrolle. Se debe evitar la utilización de los giros retóricos o expresiones del habla cotidiana y coloquial. Tampoco se puede redactar en la primera persona. Se escribe en la tercera persona del singular.
Revisar. Antes de publicar cualquier texto o mensaje, es necesario revisarlo dos o más veces. Seguramente habrá algún error o una parte del documento que se puede mejorar. Si es posible recurrir a un tercero para que previamente pueda sugerir una corrección, mejor. Un lector diferente al que escribe advierte con mayor facilidad los errores o posibles mejoras.
*ARD