Cerati revive
Hoy, en el que sería el cumpleaños número 63 de Gustavo Cerati, un nuevo disco en vivo llega a las bateas físicas y virtuales. Como su nombre lo indica, 14 Episodios Sinfónicos En Vivo / Auditorio Nacional / Ciudad de México / Febrero 2002 es el registro de un concierto en el que el autor de “Puente” presentó su proyecto orquestal en el país azteca.
Y si bien la lista de temas conserva similitudes con la versión original (más puntualmente), las diferencias van más allá de las tres canciones nuevas que aparecen como valor agregado.
De la mano del productor Diego Sáenz, y con arreglos orquestales a cargo de Alejandro Terán, en agosto de 2001 Cerati realizó un concierto a puertas cerradas en el Teatro Avenida con la intención de filmar un especial televisivo, que en diciembre de 2001 terminó viendo la luz en forma de CD bajo el nombre 11 episodios sinfónicos.
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Al momento en que el disco vio la luz, c, mánager del músico, empezó a recibir pedidos para llevar de gira un espectáculo que había nacido con la intención de ser un evento único, lo que implicó no solo contactar a orquestas en cada destino de la breve gira, sino también ampliar el repertorio sumándole nuevas canciones.
En tiempos sin redes sociales para la propagación de las noticias, ni con plataformas de streaming que permitiesen lanzamientos simultáneos, el show en Ciudad de México se pautó cuando 11 episodios sinfónicos apenas había salido al mercado, por lo que gran parte del público adquirió sus entradas sin conocer exactamente lo que se iba a encontrar.
Y lo que había sido meticulosamente controlado en Buenos Aires, en México fue en cierto modo librado a la suerte. En palabras de Sáenz: “lo del Avenida fue una grabación más que un concierto, entonces antes de empezar le dijimos a todos que aplaudieran sólo al final de las canciones y que nadie cantase arriba de la orquesta. La única excepción fue ‘Persiana americana’, porque no estaba mencionada en el programa de mano y los tomó a todos por sorpresa”.
Para el espectáculo, Terán había reimaginado canciones tanto de Soda Stereo como de la carrera solista de Gustavo Cerati en un plan sinfónico lejos de los academicismos, con arreglos de tinte cinematográfico, al estilo de Danny Elfman y Bernard Herrmann, conocidos por sus trabajos con Tim Burton y Alfred Hitchcock, respectivamente.
Al prescindir del formato de banda de rock, Terán tuvo que traducir las texturas de las guitarras del autor de “Crimen” a capas de cuerdas o bronces, la mayor parte de las veces en constante diálogo. En 2021, cuando se cumplieron 20 años del show original, Sáenz contactó a Travi con la idea de hacer algo para celebrar el aniversario. Mientras buscaban las cintas originales para remasterizarlas, se toparon con la grabación del show de México, que había pasado dos décadas sin ver la luz.
El ingeniero Eduardo Bergallo, eterno colaborador de Cerati fue el encargado de restaurar el material, una cinta digital en dieciséis canales con el registro completo del concierto. El resultado final es una versión superadora de lo registrado en Buenos Aires. Con una orquesta ampliada, los arreglos de Terán en canciones como “Corazón delator”, “Raíz” y “Un millón de años luz” suenan mucho más envolventes, con un arco de matices que va de los detalles minúsculos al telón abrasivo de las cuerdas evocativas de una tempestad.
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Según Sáenz y Terán, la interpretación fue clave por la reacción del público: al ser todos músicos de origen académico frente a las reacciones y arengas de una audiencia de rock, los músicos le imprimieron a las versiones una cuota de energía extra que no habían tenido en el Avenida en 2001.
El valor agregado de este concierto y que impacta en el nombre de estos 14 episodios sinfónicos está en la incorporación de las tres canciones que Cerati y Terán sumaron al repertorio original: “Lisa”, de Amor amarillo y “Fue”, de Dynamo, tuvieron su intimismo redefinido a partir de los pasajes orquestales.
Y sobre el final del show, después de un beatboxing improvisado del ex Soda Stereo, la orquesta logró traducir a madera y bronce las descargas eléctricas de “Hombre al agua”. Todo ese contexto fue el empujón necesario para que la performance vocal de Cerati fuese superlativa: todo lo que se percibía contenido y calculado en Buenos Aires, en México cobró soltura y vitalidad, permitiéndose jugar con fraseos e inflexiones.
*IR