En los tiempos pasados, los del priismo que en Puebla acabaron en 2010, la sucesión gubernamental empezaba formalmente al concluir el quinto Informe del gobernador en turno, el 15 de enero de los años de la elección, los escarceos anteriores no dejaban de ser anécdotas, la lucha de los aspirantes y sus equipos empezaba formalmente entonces.
Hoy, todo cambió y desde el poder, a dos años de distancia, se velan armas.
No puede ser de otra forma, si desde Palacio Nacional se destaparon “las corcholatas” –Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum, en estricto orden alfabético- que pretenden suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien personalmente escogió a los contendientes, el método para seleccionar sucesor o sucesora y dio el banderazo de salida.
Aquí en Puebla, el gobernador Miguel Barbosa Huerta está en un momento de definiciones, el primer objetivo es convertirse en la aduana para futuros candidatos locales, la designación del candidato presidencial sólo depende de Palacio Nacional, pero construye todo para que Casa Aguayo sea factor determinante en la selección para 2024 de aspirantes ganadores en presidencias municipales, diputados locales y federales, sean o no de Morena, y por supuesto su sucesor no puede ser otro más que el postulado por su partido.
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Para conseguirlo, da pasos firmes en la construcción de liderazgos regionales que le garanticen resultados positivos, primero en el proceso interno para elegir consejeros y dirigencia estatal del Movimiento de Regeneración Nacional, que se llevará cabo entre el 30 de julio y el 6 de agosto próximos.
Siempre será mejor tener dirigentes partidistas a modo de Casa Aguayo que críticos y rivales que sean un obstáculo para los objetivos claramente definidos para el corto y mediano plazos.
Más adelante, empezará la promoción formal de quienes sean candidatos ganadores, sean morenistas o no, pero que sobre todo cumplan con el perfil definido para un proyecto político.
Hay personajes de la política local que recientemente han sido convocados a reuniones en corto para que diagnostiquen la realidad regional y después escuchen propuestas e instrucciones con un claro objetivo, las elecciones de 2024.
La maquinaria toma forma y empieza a caminar con la precisión relojera que se requiere y de la que conoce los detalles un gobernador como Miguel Barbosa, un político profesional que ostenta el poder no por casualidad.
De las anécdotas que se cuentan
Dos datos interesantes para anotar en la agenda política se publicaron el miércoles pasado en Sacapuntas de El Heraldo. A saber:
“Lo arropan ex gobernadores. Preocupó al PRI, de Alejandro Moreno, la reunión de ex gobernadores con Enrique de la Madrid, aspirante a la candidatura presidencial de 2024. No les alarma que el ex secretario de Turismo se mueva, pero sí que lo arropen ex mandatarios como Ángel Aguirre, Héctor Astudillo, Arturo Núñez, Emilio Chuayffet, Natividad González Parás...”
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Dos, “Remake, en el PAN. Nos adelantan que el cónclave que prepara el PAN para debatir los recientes resultados electorales será un copy paste de lo ocurrido en el PRI. Porque Adriana Dávila y Gustavo Madero empujan la remoción de Marko Cortés como dirigente nacional, pero la respuesta será igual que la emitida por el líder priista, Alejandro Moreno, a sus detractores: no”.
Hasta la oposición vive pensando en 2024.
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*BC