Crean cubrebocas inclusivos para personas sordas
Se trata de una adecuación, una placa de plástico transparente de 9 por 6 centímetros colocada al frente del cubrebocas… pero para las personas que viven con discapacidad auditiva utilizar mascarillas transparentes puede ser la diferencia fundamental entre el aislamiento y la comunicación.
Rafael Salafranca tiene 42 años de edad, es publicista y se reconoce a sí mismo como una persona hipoacústica bilateral, esto quiere decir que es sordo pero luego de mucho esfuerzo y años de terapia, aprendió a hablar y comunicarse con las personas oyentes sin necesidad de intérpretes ni de aprender la Lengua de Señas Mexicana.
Pero llegó la COVID-19 y en medio de la pandemia, se volvió obligatorio que las personas utilizaran mascarillas que les cubren la mitad de la cara; imposibilitado para leer los labios y descifrar las expresiones faciales de sus interlocutores, Rafael sintió que estaba adquiriendo una nueva discapacidad: la de comunicarse.
“Soy publicista, tengo discapacidad auditiva profunda y soy oralizado. Pasé mucho tiempo en terapias para hablar, para leer los labios, para escribir bien. Siempre fui oralizado hasta cuando una amiga me presentó a unas personas con discapacidad auditiva que hablaban en Lengua de Señas y yo no entendía nada, por eso no me sentía como ellos y hasta que aprendí en lengua de señas ya podía comprender su comunidad sorda”, explicó.
Fue a raíz de verse inmersos en una situación atípica por no poder comunicarse de manera independiente, que Rafael y su amiga Adriana Gutiérrez Cirlos Díaz Mercado fundaron la asociación civil Viendo Tentiendo, que se dedica a promover la inclusión y romper barreras para personas con discapacidad auditiva.
“No es posible que actualmente en 2022 exista este tipo de problemas para las personas con alguna discapacidad auditiva, que tengamos que ser dependientes de algún familiar amigo, compañero o alguien más incluso dando nuestros datos más personales para hacer algún trámite. Incluso cuando vamos a alguna atención médica existe esta limitación bastante fuerte”, comentó Adriana, quien es fisioterapeuta profesional.
Había que buscar una solución y luego de mucho reflexionar, la encontraron: cubrebocas que tuvieran una ventanilla transparente en el área de la boca, para que las personas sordas oralizadas como Adriana y Rafael puedan seguir leyendo los labios de sus interlocutores.
Primero hicieron experimentos para diseñarlos, pero descubrieron que se empañaban con facilidad. Luego de meses de búsqueda, encontraron una película especial que evita el empañamiento para conservar su utilidad.
Los cubrebocas están elaborados con el mismo material que los K-N95, se ajustan a la nariz con una barra metálica y cuentan con una ventana transparente que permite visibilizar la boca; aunque se especifica que son de uso no médico, estos cubrebocas incluyentes ofrecen una protección similar a la de las mascarillas convencionales.